Estás en > Mis repoelas > La buhardilla

POETAS Y ESCRITORES ENTREVISTADOS

 

ENTREVISTA A LA ESCRITORA
MAGDA SEVILLA TORRES


REALIZADA POR:
ADOLFO MARCHENA

La poeta y escritora Magda Sevilla
(“Disparo con versos mi inconformismo”)
Magda Sevilla, escritora jienense, residente en un pequeño pueblo de la Sierra de Segura llamado Génave, acaba de publicar su primer libro, Poemario Inerte (Ediciones Passer).
Adolfo Marchena: El libro lleva por título Poemario Inerte; sin embargo, tu poesía en prosa rebosa vida, fuerza y también cierto aire reivindicativo; ¿A qué se debe este antagonismo?

Magda Sevilla: Escribí esta obra en momentos oscuros de mi vida. Mi magia y creatividad surgen de la “muerte” y del caos, de la soledad, del autoconocimiento personal, de los regalos, los retos y desafíos que me lanza la vida. Pero lejos de escribir marañas de estiércol, mi corazón y mi mente son expertas en acariciar con una ternura infinita las palabras, y eso hace que explote la belleza y la paz en cada verso.

A.M.: ¿Son “las letras el antídoto perfecto para curar” las obsesiones?

M.S.: No, en absoluto, ojalá fuese así de sencillo, pero sí que son una vía de escape perfecta para vomitar emociones, para liberar la mente y el alma. Escribir es una terapia balsámica; puedes vaciarte con libertad en la más infinita complicidad y también puedes alcanzar una profunda paz momentáneamente.

A.M.: Qué te sugiere la frase de T.S. Eliot: “Sólo aquellos que arriesgan ir demasiado lejos pueden encontrar lo lejos que pueden llegar”.

M.S.: Me sugiere vida, inconformismo, superación, rebeldía… La felicidad y los logros están fuera de las trincheras. Lo más valioso de esta vida se esconde en los deseos, en los retos, en los sueños, en lo desconocido y todo está rodeado de balas. La cuestión es si estamos dispuestos a salir a pecho descubierto, a pelear por lo que da vida a nuestra sangre o morir con la sombra de la añoranza, la lamentación o la cobardía.

A.M.: Encuentro la presencia de la dualidad en tu obra, como el bien y el mal, o el cielo y el infierno. Y, a través de este recorrido, una búsqueda por y hacia el equilibrio. ¿Qué opinión te merece esta reflexión?

M.S.: Para cualquier ser humano es vital encontrar un equilibrio en sus sentimientos y para las personas extremadamente sensibles, apasionadas y emocionales aún más. La vida interior de los seres humanos es un desafío que transita por senderos desconocidos, donde experimentamos, inventamos, observamos, corremos, crecemos espiritualmente...
Quien “VIVE” con mayúsculas no teme los retos que le separan de una sonrisa, de un sueño, de un beso… Debemos caminar sin miedo y asesinar las normas, las costumbres, estrangular las cuerdas que nos separan de lo prohibido, retar al diablo mirándole a los ojos. Porque la paz está detrás de las nubes, de la guerra y tras la muerte siempre brillará la luz
El equilibrio emocional solo se consigue ganando a nuestros propios límites.

A.M.: En el texto Quiero concluyes diciendo: “Alimentarme de ti. Poner mi bandera. Ganar tu guerra”. Como si fuera una propuesta ajena a todo contexto y patria, o acaso, ese lugar donde la utopía cobra su sentido.

M.S.: Esos versos son la desnudez total de mi obra, mi enigma más mimado y protegido, las coordenadas latentes que están perpetradas en algunos de mis tatuajes. Se trata de un grito desesperado besando la luz de mis ojos que brilla entre el Mediterráneo y el Océano Atlántico.

A.M.: Detecto en tu poesía una urgencia por gritarle al mundo: Vive, disfruta del momento; es el presente lo que cuenta y todo lo demás está de sobra. ¿Me equivoco?

M.S.: Totalmente de acuerdo. ¿Acaso hay prioridad más importante que vivir? Nuestra vida tiene límite y es corta, su final es inevitable e impredecible. Muchas veces no somos conscientes de lo transcendental de este proceso y perdemos minutos en senderos absurdos y equivocados.
Es necesario abrir cada mañana los ojos y abrazar nuestro mundo como si fuese el último día. Ilusionándonos, viajando, abrazando, besando, perdonando, escuchando, olvidando, soñando, compartiendo, amando, en definitiva haciendo todo lo que nos llena por completo y nos hace de algún modo felices. Por supuesto hay que hacer todo esto sin límites, para que el corazón y los sentidos estallen de sensaciones y emociones que nos hagan vibrar y que nuestros días estén llenos de motivación positiva.

A.M.: ¿Consideras que se puede conocer a una persona por su manera de escribir, a través de lo que escribe y cómo lo escribe?

M.S.: No. Habrá personas que en sus letras reflejen su verdad, sus sentimientos, su forma de ver la vida, sus sueños y su alma, pero otros escribirán desde la imaginación y desde el potencial intelectual y humano que hace que los escritores y escritoras seamos una caja de sorpresas inagotable.
Lo que sí está claro es que una persona que escribe encuentre esa afinidad y conexión que sea capaz de llegar al alma del lector y que también sea capaz de transmitir cosas, de reír, de llorar, de soñar, de desear… Es un signo inequívoco del temperamento y la autenticidad de las letras; cada uno, por lo tanto, escribe con su propio código y solo con esa magia se rompen todos los muros del alma…
Respecto a la pregunta que me planteas, puedo decirte con total honestidad que yo sí; soy todas esas letras y otras muchas más que adormecen en mi corazón, en mis instintos y gritan ser liberadas.

A.M.: Muchos de tus poemas en prosa manifiestan el valor y la independencia de la mujer como ser único y a la que –estoy totalmente de acuerdo- se debe respetar sin imposturas. Me viene a la cabeza una frase de Simone de Beauvoir: “No nacemos como mujer, sino que nos convertimos en una”.

M.S.: Las mujeres llevamos siglos luchando contra “nuestra cruz”, nuestros propios estigmas, barreras, complejos y demonios; no es un camino fácil pero cada vez más, el autoconocimiento, el respeto, la autoestima, la libertad, el coraje y el valor se van adueñando de nuestros pasos, convirtiéndonos en un ejemplo para otras muchas mujeres. Que nadie corte nuestras alas, que solo la fría muerte ponga fin a nuestras ideas, deseos, sueños, proyectos e ilusiones. Ser mujer es un privilegio, un honor que debemos llevar como bandera.

A.M.: En el texto que lleva por título La Lluvia, concluyes: “…igual que llueve el cielo hoy solidarizándose conmigo y con todo el desastre que vive dentro de mí”. Me sugiere la necesidad de comprender y aceptar que también lo prohibido nos enseña e, incluso, en ocasiones, se hace necesario.

M.S.: Es necesario (tanto como el aire para respirar). Tenemos que ser valientes y capaces de asumir los golpes del destino para poder resurgir cual ave Fénix con energías nuevas y renovadas. No es un proceso fácil y resulta fundamental la aceptación, la resignación, la autocrítica… Pero si no llegamos a ese nivel de madurez y determinación, de mirarnos a nosotros mismos interiormente con esa franqueza que a veces duele, viviremos de continuo en un circo emocional que solo nos conducirá hacia otro desastre.

A.M.: Dentro de esa dualidad que contienen tus textos –así me lo parece y ya lo he mencionado- se refleja el mal que sufre la Humanidad y esa locura que siempre nos acecha. De alguna manera lo asocio con la frase de Chesterton: “¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios”.

M.S.: A veces cierro los ojos en silencio y siento pánico al comprobar cuanta locura habita la vida y el mundo. Comprendo entonces que no estoy en el lugar correcto. Esa agonía y guerra emocional constante que me llevan a disparar con versos mi inconformismo, mi frustración, mi ansiedad, mis ilusiones, mis deseos, mi decepción… Pero no todo el aire es irrespirable; tengo una boca que me salva en esta maldita agonía; tengo unas manos sinceras que cuando acarician las mías me hacen soñar despierta en otros horizontes; tengo la paz de haber escuchado los latidos de un héroe que derrocha coraje. Esa luz es la llave de mi motivación, mi inspiración, mis ganas y mi fuerza. Es la E tatuada en mi piel; es “mi vida” tatuada en mi piel; es mi buena estrella.

A.M.: También encuentro cierto aire existencial en tu obra. Pongo como ejemplo el inicio del texto Desastre Perfecto: “No me juzgues a la ligera, pasa, conóceme, respétame, dime todo lo bueno que me llena, que lo malo ya lo sé yo”. ¿Qué opinas?

M.S.: Soy una persona muy respetuosa con los demás y muy sincera. Reconozco mis errores e imperfecciones, y trato de mejorar, no por nadie, sino por mí. Porque es la mejor pócima para la autoestima; reconocerse, aceptarse y valorarse.
Detesto la mala gente, los lobos con piel de cordero; los detesto y por eso los elimino de mi vida sin ningún tipo de remordimiento. No me tiembla el pulso cuando me alejo de todo lo que no me hace bien, porque mi vida es muy corta y no quiero desperdiciarla con sentimientos feos o quebraderos de cabeza innecesarios.
Me gustan las personas de verdad, las que siempre están, las que nunca te fallan, las que te miran e hipnotizan con su luz auténtica, mágica y preciosa. Adoro los corazones sencillos y llenos de buenos sentimientos; amo las personas que pasan por mi vida haciendo mejor la mía; personas con las que no te importaría perpetuar la misma historia, una y otra vez.

A.M.: En este sentido, el filósofo danés Soren Kierkegaard dijo: “La vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada”.

M.S.: Así es, la vida se aprende de una manera particular y única; paso a paso, lagrima a lágrima, sonrisa a sonrisa, reto a reto. La vida se aprende viviendo, descifrando sus casillas y enigmas, y cada uno de nosotros lo hace de una manera totalmente diferente. Pero si de algo estoy segura es que en nuestro yo más profundo siempre resuena callada la palabra FELICIDAD como objetivo y motivo de nuestra existencia.

A.M.: Concluyo, como en todas mis entrevistas, invitándote a añadir lo que desees o tal vez consideres que he podido dejarme en el tintero (seguramente demasiado).

M.S.: Lo primero que quiero agradecer es la generosidad y buen trato recibido durante esta entrevista; son fruto de tu gran profesionalidad y enorme corazón. Gracias, Adolfo.
Aprovechar también esta oportunidad para invitar a todos los amantes de la lectura a sumergirse en las páginas de mi libro Poemario Inerte. Estoy segura que no dejará indiferente a quien lo lea. Son letras llenas de emociones, sentimientos, pasiones, naufragios… Letras cosidas desde la resurrección que son lágrimas y suspiro, letras valientes y sin filtros. Es un libro para gente muy especial, gente que vive y siente con intensidad.

Si alguien quiere ponerse en contacto conmigo lo puede hacer a través de nuestra página en Facebook: Poemario Inerte

Y también en el email: poemarioinerte@gmail.com

Muchísimas gracias por vuestra atención y que sigamos compartiendo la magia de las letras.


Entrevista realizada a la escritora y poeta Magda Sevilla por el poeta, escritor y prologuista Adolfo Marchena.

 


Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras