La mujer leal y comprometida,
representante de las agua
fluyentes,
de un dintel hogareño que siempre
espera ser recogida...
Consciente e inconsciente,
terrenal y diosa,
carnal y mística
miedosa y gallarda,
Undine será en mi hondo
sentir, en mi lógica
los diagramas de Venn
en mi alma "bocatto
di cardinale"
a la que nunca...
¡Nunca entenderé!
No hay ley que estreche a la razón,
que la haga pasar tan siquiera
por una gota de mar,
¡Quizás porque no es agua dulce...!
A veces, ni siquiera por un suspiro
repleto de dolor,
otras...
-por un dolor vacío de suspiros-
donde la conciencia busca eludirse
del mismo camino y avenidas,
esas por las que
-a veces-
paso de puntillas,
y otras me siento a ver
pasarla de largo.
La vida en un suspiro se despide,
mientras en las manos
solo queda,
el amargo desconsuelo
de un tiempo mal gastado.
-Por no decir...-
el bien empleado espacio
donde nunca se perdieron
mis pasos,
porque tal vez supe estar
-a tiempo-
en coherencia y pasado,
ese que en un segundo nos deja
sin presente en un lapso,
y aun así...
"la
ley de la conciencia es perseverante"
como esa agua que fluye
desde la manos de Undine.
