LOS POETAS COMEMOS
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Y todas estas personas son grandes.
Y todas merecerían figurar en los libros de texto.
No es peloteo, es así. Y perdonad a los que no menciono,
sabéis quiénes estáis. Vosotros sois
monstruos.
Sois muy buenos.
Y alguien debería decíroslo.
En esta profesión hay competencia,
hay envidias y hay negocio, porque la mayoría de
las editoriales son eso, y no siempre corresponde el requerimiento
del mercado con la temática.
La poesía no es la triunfadora, es difícil
venderla, la gente no la lee.
Muy mal. La regalamos, la cedemos, somos juglares del verso
y la gente cree que es sencillo.
Pero no lo es.
Nos presentamos a concursos, practicamos dicción,
luchamos porque alguien crea en nosotros.
Y muchas veces, no sucede.
Otras. sí.
En las tabernas, los músicos cobran.
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Nosotros no, porque somos muy majos, y da igual que el
dueño se forre a consumiciones.
Lo que hacemos "no
es trabajo", porque nuestras ideas y
palabras, nuestro esfuerzo y nuestras metáforas,
son menos valoradas que un acorde, que un amplificador
(y os adoro, músicos, que esto no va con vosotros.
Me encanta mezclar artes, me encanta que nos apoyéis,
y apoyaros).Pero reconozcamos que no es justo.
La gente no regala en la calle el cuero que fabrica con
sus manos, ni sus cuadros los pintores, los venden.
Y a todo el mundo le parece lógico.
¿Os habéis preguntado por qué?
La gente dice que es fácil hacer poesía,
que no la entienden.
Que la hagan ellos.
Que se dejan las pestañas con ritmos, con imágenes.
¿Todo el mundo sabe? Pues no, como yo tampoco sé
conducir y reconozco que nunca podría llevar un
taxi.
Que se pregunten cuáles son las bases de esas canciones
que tanto les gustan. Muchas veces son poemas camuflados.
Pero impresos, parece que les dan alergia.
Que se pregunten el origen de la literatura.
Fue la lírica.
Nosotros, altruistas del verbo, anoréxicos entes
mágicos, no comemos.
Qué fantástico chollo para el pueblo, para
los empresarios.
Nosotros hacemos que cenen.
Pero no cenamos.
Rompo una lanza por todos esos que queréis vivir
en,
por, para y según el verbo. Porque se puede, porque
se debe.
Nos dedicamos a esto.
Nos cuesta energía, sueños, papel, Wi Fi,
técnica, desnudo... Nos cuesta mentiras piadosas,
incomprensión de nuestros familiares y lucha constante
por no caer, porque la crítica un día te
eleva, otro te destroza.
Nos cuesta cigarrillos, cafés y ataques de ansiedad.
Y vencer la vergüenza, y soportar las dagas.
Mas lo hacemos. Y lo hacemos con clase.
Niños y niñas, somos buenos y tenemos que
seguir creyéndolo, porque si nosotros no lo creemos,
nadie lo hará.
Reclamemos ese derecho.
Los autores comemos.
Los poetas comemos.
Comemos ilusión, comemos vida, comemos anhelo y
también comemos marisco, tortilla de patatas, y
paella.
Editoriales, mojaos.
Merecemos una oportunidad.
Os abraza, una bulímica de la palabra.
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