Mi gato se pasa el día cazando sombras
-como yo-.
Mi adorno natural es la máscara
que te arranco con mi malestar, mi ironía.
Tu desnutrición no me molesta
y tu ego es la extensión de un balazo
fugaz y mañanero.
Mi gato suena hueco por dentro
-como tú-.
Morí siendo joven y resucité ayer
al ver cómo el ser humano se inmolaba
gracias a los dueños de sus pobres almas
(diablos trajeados que babosean los labios
de mocitas rubias de pechos operados
y coeficiente artificial para mi gusto),
Mi gato se pasa el día danzando cual insensato
-cual arrebato en mi mente-.