Tu 
                      dul
                      zura 
                      azul 
                      ocre 
                      verde
                      malva
                      se anuda 
                      en las venas 
                      de la tierra
                      y brilla la piedra 
                      y el animal respira 
                      y el árbol germina.
                    
Desciendes del rastro de estrellas 
                      que canta en mito y pensamientos 
                      la memoria de los pueblos.
                    Eres anaconda celeste para los amazónicos.
                      Y metáfora del tiempo para el griego.
                      Un signo de la tierra prometida muestras al bíblico 
                      semita.
                      No hay sabiduría sin tu cauce, observan los antiguos 
                      chinos.
                      Ni camino hacia los dioses, dicen los wergayas uwa.
                    Agua de la raíz 
                      agua del aire
                      agua del canto
                      agua de la peña
                      agua del cielo
                      agua de la tierra
                      agua del fuego
                      agua de los montes
                      agua de los desiertos
                      agua de las hojas
                      agua del páramo
                      agua de las selvas
                      agua del agua, 
                    estás 
                              hecho
                                       río 
                      
                                          de 
                      
                                             to
                                               das 
                      
                                                    las 
                      
                      a
                        g
                          u
                            a
                              s 
                              y 
                      en los saltos y caídas 
                                se 
                      hacen polvo tus caminos 
                                 y 
                      la luz se hace arco de luz. 
                                  Allí 
                      el anciano kumú lee las señales sagradas del 
                      destino:
                    Escritura de agua de la diosa de vixó
                      escritura de barro de la diosa de juyungo
                      escritura de piedra de la diosa del ambil
                      escritura de viento de la blanca diosa del ayúu.
                    En ti están la sed y la frescura del mundo,
                      la mansedumbre del aire y el fragor de las crecientes,
                      las orillas que se alejan incesantes y el mar que aguarda.
                    En las noches de Guambía el caminante conversa con 
                      tu rumor y pide permiso.
                    Y en tus selvas de agua, Adanes arrojados al barro guían 
                      
                      desde las talas y aserríos hasta nuestras sillas 
                      de la tarde,
                      largas balsas de milenarios árboles que amargan 
                      con sus savias moribundas 
                      tu lento lecho 
                      de peces.
                    En las horas del odio por tu lomo sagrado 
                      descienden las sangres y los cuerpos de nuestras víctimas.
                      Impasible arrastras esas cargas de olvido mientras el viento, 
                      la luz y la hormiga 
                      anuncian que en tus altas cabeceras crece el desmande arrasador, 
                      
                      el tiempo descuajado de la tormenta.
                    Luz de agua 
                      ojos de agua 
                      viento de agua 
                      brazos de agua
                      piedras de agua
                      huesos de agua
                      tierra de agua
                      voces de agua
                      montaña de agua
                      cuerpos de agua.
                    Y un diluvio de ahogados 
                      sobre calles y tejados, 
                      bajo las ramas del cielo. 
                    Y una antigua y hermosa luz 
                      en el aire vacío 
                      de promesas.