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Del
poemario "Suturas del alma",
INCONSCIENCIA |
Al amanecer y hasta caer el crepúsculo
bebí de ti,
hasta embrutecerme como el vino que alegra tus
días.
Hasta enviciarme con el deseo del verbo amar,
Sacie los apetitos sin sospecha ni mesura. ¡Y
mira el pago del vicio y del embrutecimiento!
Melancólicos despertares en soledad e interminables
noches de incertidumbre y desesperación. ¡Qué
dolor tan frío y aullador”
Este el de abrazarte en ausencia… el de ceñir el
ofuscamiento infame.
Desquiciada batiendo puños hambrientos y huérfanos
de ti en el vacio.
Terminemos con este titubeo de torpes decisiones.
Aniquilemos el embaucamiento de la estéril esperanza
Y engañemos las heridas para recorrer caminos de
sosiego. |
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