Adolfo Marchena: Aunque irrumpes
en el panorama literario en el año 2017, tu escritura
se remonta a edad muy temprana.
Loli G. García: Si, desde niña
adoraba los libros y era una gran lectora, inicialmente de
prosa y con la llegada de la adolescencia también de
poesía de mano de los clásicos y poetas más
actuales como Gloria Fuertes, Miguel Hernández, Antonio
Machado, Pablo Neruda, y Federico García Lorca, así
como de la poesía de amor Iberoamericana.
La verdad es que siempre me he sentido más cómoda
expresándome por escrito que hablando, quizá
por mi timidez. Destacaba en el colegio por las redacciones
y poemas y fue en aquella época cuando me planteé
ser periodista, cambiando por tercera vez la respuesta a la
pregunta: ¿Qué quieres ser de mayor? Sin embargo,
la vida me llevó por otros derroteros y aunque el impulso
de escribir poesía lo había sentido muy tempranamente,
no ha sido una onda continua en mí, sino una ola que
iba y venía dependiendo de los avatares de la vida.
Aun así, para mí la poesía siempre ha
sido y es un refugio seguro desde el que digerir y transformar
el sentimiento generado por las experiencias de la vida.
Uno de esos avatares fue a principio de los años 90,
entonces escribí sin tregua un montón de poemas
que guardé celosamente, ya pasados a limpio, en un
precioso cuadernillo que nadie conocía, hasta que en
2017 me animé a mostrarlos. Parte de estos poemas dieron
vida a mi primer poemario publicado en 2020.
A.M.: ¿De alguna manera, se podría decir
que todos somos poetas?
L.G.: Todas las personas tenemos posibilidades
infinitas de ser muchas cosas que luego se pergeñan
en una dirección u otra. Poetas podríamos serlo
si contamos con ciertas cualidades y las trabajamos, aunque
como dijo Platon, “Al contacto del amor todos soos poetas,”
hay emociones que suscitan más ese estado necesario
para poder escribir poesía, lo importante es ver si
ese impulso nacido de la vivencia o reflexión sobre
una emoción fuerte perdura en el tiempo y se va perfilando
como una actitud de mirar la vida y hacerla versos.
A.M.: En este sentido, para ser escritor; ¿se
requiere de alguna cualidad o cualidades?
L.G.: Para mi alguno de los requerimientos
previos son estar abiertos; a la ensoñación
para cultivar sensaciones, a la sensibilidad para dejarse
atrapar por lo que acontece a nuestro alrededor y mirar la
vida de forma creativa, original o comprometida. Es decir,
estar en ti y en el mundo con ganas de captarlo y transmitir
lo que te suscita. María Manent lo define así
“La poesía nos espera en el corazón del
silencio, en objetos, en seres y concordancias que inexplicablemente
se nos vuelven símbolos y parecen condensar el misterio
del mundo.”
Siendo esta la base luego se necesita poder plasmar esto en
poemas y para ello además de cierta facilidad para
jugar con las palabras y su musicalidad, también es
clave leer y practicar mucho, escribir y recitar.
A.M.: Cuando entras en la escena literaria; ¿qué
encuentras?
L.G.: Considero que la escena literaria de
Vitoria-Gasteiz se encuentra en un buen momento, no hay más
que ver el boom de escritoras premiadas como Karmele Jaio,
Premio Euskadi de Literatura 2020, Eva García Sáenz
de Urturi, Premio Planeta 2020 y Txani Rodríguez, en
la provincia, premio Euskadi de Literatura 2021, entre otros.
En cuanto a la escena poética, también es de
gran efervescencia, “Poesía al pil-pil”
la llamaría, y esta situación viene de un trabajo
de años llevado a cabo por “muchos actores”
a través de recitales de poesía, iniciados por
poetas de la talla de Laura Marinas y Carmen Vicente y continuados
con el grupo formado inicialmente por Pilar Corcuera, Maribel
Ortiz y Txiki Tostado; talleres de escritura y poesía
de la mano de Rosa Plazaola, recientemente homenajeada, Pilar
Corcuera o Ángela Mallén, entre otros, donde
las vitorianas y vitorianos han podido aprender y lanzarse
a este mundo.
Un nombre destaca en este panorama a lo largo de los años,
el de
Ángela
Serna quien acompañada de otras personas o sola
ha organizado diferentes encuentros. Talleres de poesía
junto con Julio Varela desde la UPV,
Encuentro
Internacional de Mujeres poetas, hasta llegar
al encuentro mensual “Cita con la poesía”
que desde 2006 acerca a nuestra ciudad excelentes poetas,
sin fallar ningún año.
Cómo no recordar también el café Caruso,
lugar de encuentro de poetas y artistas y los martes del Estitxu
con Intxo como impulsor de la poesía, donde recitaron
inicialmente Marina Cedro, Ricardo Urrutia, Tasio Miranda,
Puri Santamaría y tantos otros y ahora se lleva a cabo
el Slam Poetry. Sin olvidar la labor llevada a cabo a través
de los fanzines o revistas literarias como
Amilamia,
Paréntesis, Texturas o la más reciente
La Botica,
que llegó a editar 3500 ejemplares y estuvo activa
durante 12 años.
Sin embargo, lo que fue definitivo para mí y me animó
“a salir del cuaderno” fue el trabajo de Elisa
Rueda a través del “Festival Internacional de
Poetas en Mayo” por su capacidad de hacer llegar la
poesía a la calle durante un mes y así acercarla
a todas las personas desde estilos y perspectivas muy plurales
y hacernos sentir que la poesía no es algo para algunos
elegidos, sino que podemos disfrutar de ella como oyentes
o lectores y también atrevernos a mostrar nuestros
poemas, en definitiva, sentí que podía ser admitida
“en ese club” ya que hasta ese momento el mundo
de la poesía siempre me había parecido para
unos pocos.
Por todo ello, en nuestra ciudad, fruto de todo el trabajo
señalado, hay una pléyade de poetas locales
que tienen una gran calidad y trayectoria: Laura Marinas,
Carmen Vicente, y Elisa Rueda galardonadas con el premio Ernestina
Champourcin, Ángela Serna, Mariano Iñigo, ya
fallecido, José Luis Pasarín Aristi, Zacarías
Custodio, Adolfo Canillas, Jesús Camarero, Tomás
Conde, Rafael Moriel, Jorge Girbau, Benito Herreruela, Ángela
Mallén,
Adolfo
Marchena, Blanca Uriarte,
Kepa
Murua, junto a otros más recientes como Adrián
H. Cornellá,
Arantza Guinea,
Asier Maia,
Aurora Nieva,
Inma Arroyo, María José Intxausti, Itziar Rekalde,
José La Concepción, Joana Mojón, María
Pinto, Mary Zurbano, Raúl Sánchez y Yoselin
Martín, entre otros. Además de grupos de poetas
con diferentes orientaciones:
Poetas
Rojos, Jalgi Surgir, Clandestinos y Poetas sin generación,
además de los incipientes
Parnaso,
nacidos de una taller de poesía facilitado por Ángel
de Lucas y la Asociación Krelia que aúna escritores
y poetas.
A todo esto, se ha unido en 2021 una buena noticia con la
creación de una editorial en nuestra ciudad, “El
Nimbo” que en su primer año de andadura ha publicado
26 libros y que puede ser un gran impulso para las personas
que escribimos.
A.M.: ¿Has cambiado algo en estos años
de oficio?
L.G.: Sí, mucho. Para empezar, llevaba
muchos años con mis poemas guardados bajo llave y sin
escribir poesía. Desde 2017 he vuelto a hacerlo de
forma habitual, además de publicar mi primer poemario
Como
mariposas muertas y participar en eventos
y recitales.
En cuanto “al oficio” diré que en un principio
sólo escribía llevada por la emoción
y sentimiento de las vivencias del momento, en la idea que
sin emoción y “algo de drama” no fluían
mis poemas. Ahora, sin embargo, combino el aprendizaje, la
lectura de otros poetas y la escritura casi diaria además
de atrapar la inspiración cuando surge.
A.M.: Federico García Lorca dijo que: “Poesía
es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que
pudieran juntarse y que forman algo así como un misterio”.
L.G.: La poesía exige dedicación
y tiempo para detenerse, mirar, sentir y expresar. Es una
forma de rebelión ante las exigencias de la vida actual,
siempre urgidos por las prisas por el hacer, por la eficiencia.
La poesía invita a pararte a disfrutar de la lentitud
a pensar y sentir, como dice Lola Mascarell.
Respecto a la frase de Federico García Lorca, entiendo
que se refiere a la parte final del proceso, la de expresar,
y estoy de acuerdo en la combinación de palabras únicas
para expresar sentimientos normales es vital para un poema.
En ese mismo sentido Octavio Paz decía que “
la
poesía tiene que reunir lo familiar y lo insólito.”
Además, la poesía requiere que cada poeta tenga
su voz, su estilo, su música, esa que forman las palabras
elegidas y ordenadas de una forma determinada para acertar
en la diana de la sensibilidad de los lectores.
En cuanto al proceso previo me gusta mucho como lo define
F. G. L. “
la
poesía es algo que anda por las calles. Que se mueve,
que pasa a nuestro lado. Se pasa junto a un hombre, se mira
a una mujer, se adivina la marcha oblicua de un perro y en
cada uno de estos objetos humanos está la poesía.
Por eso yo no concibo la poesía como abstracción,
sino como una cosa real que ha pasado junto a mí. Todas
las personas de mi poesía han sido. Lo principal es
dar con la llave de la poesía. Cuando más tranquilo
se está, ¡zas!, se abre la llave y el poema acude
con su forma brillante.”
A.M.: ¿Qué se esconde bajo el título
de Ex Natura?
L.G.: De
Natura nace de las sensaciones que me
procura posar mi mirada en los paisajes que nos rodean, y
dejarme llevar más allá, para después
tejer las ideas, que surgen, con las experiencias del día
a día, y plasmarlas en forma de sencillos poemas que
acercan esa naturaleza, tan presente en mi vida, a un trozo
de papel.
Intento atrapar ese instante efímero para que no pase
y hacerlo más intenso, es un canto, un gozo del instante
presente. Los paisajes son lo visto desde mis ojos y desde
mi estado de ánimo o emoción e intento plasmarlos
y transmitirlos para deleite de otros.
También incluye código QR que abre la posibilidad
de escuchar ocho de los poemas recitados por mí y acompañados
a la guitarra por los integrantes de Las Mil y Una.
A.M.: ¿Se puede afirmar que Ex Natura es una
alegoría a la naturaleza?
L.G.: Sí, aunque sin pretenderlo,
es una alegoría de la naturaleza tamizada por mis emociones
y en algunos casos tiene como contrapunto la comparación
con nuestra pequeña existencia.
El interés y amor por la naturaleza se lo debo a mi
padre y mi madre ya que desde que tengo recuerdos me veo disfrutando
de ella de su mano a orillas del Zadorra, para posteriormente
tomar conciencia de que su contemplación estaba llena
de enseñanzas y sabiduría que me producen una
sensación de serenidad profunda en la que conecto con
los misterios de la Madre Tierra, el ecosistema que nos sostiene,
cada vez, más a duras penas.
En un mundo que cambia tan rápido y con tantas amenazas
y retos la Naturaleza siempre está ahí, es nuestro
soporte que nunca falla, por eso me gustaría también
que este libro sirva para generar conciencia y respeto por
ella sabiendo que no sólo es el escenario de nuestro
devenir como seres humanos, sino que nos nutre y alimenta
física y emocionalmente y que tenemos un compromiso
moral con nuestros descendientes para legarla en las mejores
condiciones.
A.M.: En tu poesía hay mucho color; ¿al
igual que los pintores, también buscas la luz?
L.G.: Busco la luz y la belleza. Te contaré
un secreto, me hubiera gustado dedicarme a las Bellas Artes,
en concreto a la pintura, pero mis manos no han sido capaces
de plasmar lo que mis ojos ven, quizá por ello estudié
Historia del Arte y tengo un especial interés en que
mis poemarios vayan acompañados de ilustraciones y
por eso también, en mis poemas, hago hincapié
en los diferentes colores que percibo, porque intento hacerlos
llegar a las personas que los lean, pintarlos con palabras.
Además, para mí, la inmersión en el paisaje,
-ahora lo llaman baños de naturaleza- es un gozo global
para mis sentidos: la paleta de colores se muestra a mis ojos
con matices insospechados, los aromas agazapados en la tierra
húmeda horadan mi pituitaria, los sonidos se vuelven
más presentes y hasta los caminos parecen que cantan
y bailan mientras la brisa me acaricia y los troncos de los
árboles me sirven de improvisado abrazo y apoyo.
Son muchas sensaciones y difíciles de transmitir todas
ellas, pero espero dejar una sensación visual, a través
de mis poemas, amplificada por las acuarelas.
A.M.: Van Gogh dijo que: “Y entonces, tengo
la naturaleza y el arte y la poesía, y si eso no es
suficiente, ¿qué es suficiente?”.
L.G.: La naturaleza, el arte, la poesía,
sí, en verdad son aspectos claves y más para
un artista genial como Van Gogh, sin embargo, entiendo que
también se necesitan las relaciones, el amor, el altruismo,
la solidaridad, es decir, a los otros, tener un para qué
más allá de ti mismo y del momento actual un
con quién.
A.M.: Suelo decir que siempre nos dejamos algo en
el tintero; ¿hay algo que desees añadir?
L.G.: Informar que
De
Natura se presentará de nuevo
el día 28 de mayo a las 13:00 en el marco incomparable
del Centro Ataria, con un coloquio en el que participarán
algunas de las personas que lo han hecho posible y un recital
de varios poemas acompañados de guitarra.
Señalar también para quien esté interesado
en adquirirlo que el poemario se venderá en
Nimbocultura
o se podrán pedir en cualquier librería
*.
En el caso de Vitoria-Gasteiz está en las siguientes:
Astrolibros, Arlekin, Bets Press, Cedro Mara Mara, Mayner,
Mendi, Prensa Pinedo, Saga, Sarralde y Zuloa
No puede faltar el agradecimiento a todas las personas que
han hecho posible que
De
Natura vea la luz: a los lectores cero
por animarme a publicarlo, a la acuarelista que dio imagen
a los poemas, al prologuista por su precioso texto, a los
músicos por hacerlo bailar, a todo el equipo de
El Nimbo por llevarlo a buen puerto y a
quienes me han ayudado con las labores invisibles.
*A excepción
de las grandes superficies: La Casa del Libro, Fnac y El
Corte Inglés