LA
CASA
No habitamos la casa que creímos.
En otra parte estamos, más arriba,
allá donde la luz abre los ojos
para dejarnos entrar.
Yo vengo al mundo
a llevarte conmigo,
a compartirnos la fatiga del ascenso
y cruzar el umbral.
No es la casa que viste en tu memoria
sino una habitación desconocida.
Conducida por mí, contemplas; sabes
cuál es el sitio que te aguarda
donde el agua es el tiempo detenido
y la tierra el hogar de la promesa. |