Supe el error, fui Magnánimo tarde, aunque nunca es demasiado
pronto -casi resulta ofensivo citar a Novalis- para cantar:
Tú eres
la muerte y tú sólo nos salvas. Anteriormente,
el nacido, fue alimentado en el odio por décadas, fue financiado
en silencio y blindado su corazón por la estrella Única,
hexágona a veces, otras cruzaban sus órbitas media centena
entre el Tigris y el Éufrates, mégano oía, ahí: Hiena… Y
amó amanecer con el puño de corazones cerrado…
(Falta el final de la carta)
Así, Ban Ki Moon
fue hacia los hielos del norte faltaba el
fin de la historia.
Nada Hubo.
Al
volar gris
de una paloma en ocaso,
supo el error, como blanco de halcones,
años más tarde
¿Cuál de los dos era el monstruo maldito?
Supo el horror, por entonces,
para escribir el final[de esa carta]
y remitirlo al diablo:
Ven a por mí, porque vivo sin tiempo. Nadie me espera, ni
nada me acopia. Bajo la noche sin nubes, somos iguales que
estrellas y luna: Siervos del Sol, sin imagen ni humo.
21 de Enero de 2009.