¿Cómo salir a la lluvia de entonces? ¿Cómo
envid(r)iar otro cuello si el sádico
lirio te espera en la frente?
Para
suicidas o ilusos queda el clavel.
Su
floral y
mítica inutilidad. El clavel…
contra tu labio cortado, temprano, marchito.
Ha amanecido. Unos años
antes también sucedió. Hay que seguir tiritando
unos minutos.
***
Más
tarde…
Un mechón de tu cabello se sigue y seduce a
todo bigote en Berlín.
No,
no eres tú.
Sólo
alguien que te compró en la botica
dentro de un lote incluía también: misteriosa
ceniza, esporádicos
restos de oro ideales –puntualizaba una nota- para
brotar de claveles.