A la atención del Reptil:
Lo
políticamente correcto sería decir con un
sáfico
Nunca ha
existido un jardín en la aurora
sin desear ser su tumba ¡Oh, flor! Fácil
finalizar con un verso colgado
de
la esperanza
y
palabras
como “Estimados señores” o “Amigos”
para empezar con buen pie -pon un cuidado exquisito en edulcorar
lo dictado
y no escribir lo que piensas-. Así que, ponte a borrar
¿Que te crees César Borgia?
ese membrete de “Muerte…”. El Héroe
no puede morir. Y haz otra carta, ese oficio
tuyo de estar desmayado de rosas, gusta tanto, tanto el
tono biográfico
lírico-sentimental.
Hondo
respiro y lo intento, pero no puedo, el coral y
la madreselva murieron así. Con mi mirada no puedo.
He barrido
ciego de azul el dibujo de las hazañas, rescates
de damisela en hidalgo,
ahora parezco Tiresias, Laooconte, agua varada o cetáceos
al sol y mar
nunca alcanzado en mis ojos.
Políticamente
correcto sería el sofoco
de la doncella en la alcoba y en el umbral alto el héroe
petro-glúteo-órgano-gráfico
tras la batalla y cantar a la esperanza en el verde de la
botella de ron o en su cáliz.
Antes bastaba. Te he dicho, Antes.
Hoy,
tras seccionarme los ojos a tiros
sigo sin ver horizontes nuevos en cuanto a los hombres.
Hoy,
mi querida
Casida,
tiznado,
entre dos
mares y un lago lamento largo decirte en esta
última crónica o
carta que des por perdido
mi
corazón en tu tierra
y
tu esperanza en mis versos.
Así
fue, cayó
entre amapolas y aulagas, caíste bajo la negra labranza
del tráfico.
Si alguna vez me encontraras o lo encontrase, no los despiertes
para llorar y
deja que sigan soñando mi corazón en un pozo
y tu esperanza al vacío.
Siempre cordialmente tuyo,
Otro
turista al piano.