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Cuando somos cisnes  negros,  poema de Raiza N. Jimenez

CUANDO SOMOS CISNES NEGROS


¿Qué sabes tú de la vida si has permanecido ausente de ella? Te fuiste de esa infancia anómala, que no quieres ni recordar y la evitas.
Evades a todos aquellos que te recuerdan este triste pasaje vital…
Los dejaste, apartándote, huyendo; haciendo largos silencios y espacios.
No querías mirarte en el espejo de lo que fue esa vida prestada y de embuste…
Pero, vano fue el intento, porque la soledad en compañía te sigue y seguirá.
¡Para conocer la vida hay que saber qué, la que vivimos, es la nuestra!
¿Qué sabes tú de la vida, sí hiciste casa aparte, al igual que tus otros?
No querías recordar esas largas soledades y las tristezas de las dulces y
compungidas caras materna, llena de cicatrices que se repiten en tus entornos
como el Sello de lo que hacen las hombrías de los que se anidaron en un
vientre lleno de sumisión y atavismo, para contentar a uno y vulnerar a otros.
¿Qué sabes tú de esa vida, si la rechazas en vez de abrazarla y verla de frente?
¡No se puede vivir negando lo que somos porque nos perseguirá la esencia!
Tú te fuiste al extremo, a rebelarte a lo duro, por algo de lo que no eras, ni
nunca fuiste culpable y que aún te persigue… terrible venganza que te abrazaría
y te haría un alma encarcelada a los débitos, paternos-maternos, en confusión.
Ni siquiera pregonando y repitiendo: éramos muy felices, se logra saltar esta
brecha infamante de las apariencias cómodas que escondían las tristezas.
Las caras de los vivientes solapados, hablan de los rencores y los dolores…
¡Huir del monstruo no elimina a la bestia y aparecerá y aparecerá!
¿Qué sabes tú de tu vida? Si has andado caminando por los fangales, para ser o
hacerte uno con los fangosos, para negar y evitar asumir lo que te pertenece.
Haz obviado, con las excusas, lo que eres e intentado con fiereza, negar tu índole.
Quieres que se adapte y adopte el disfraz de proscrito que no te pertenece, ni lo será.
Se puede culpar a los padres, por generar tropiezos ingratos, se puede culpar a la
familia, a la compañera o compañero, por tu vida, pero tu corazón, sabe la verdad.
¡El excentricismo como huida, sólo te aparta de tu naturaleza y te vuelves extraño a ti!
En tu existencia, tú lo persigues inconsciente, para confirmar el guión creado, pautado
y asumido desde niño y, sin saber cómo, ni dónde, comenzaste una guerra fraternal
contigo mismo y con los referentes, destruyendo lo más amado y apreciado: la feminidad
que hay en ti y que has ido vulnerando con vileza y, no te paras, no te detienes, sigues…
¿Crees que es aceptable hacer daño a la MUJER, porque la que plantó el germen
de vida en tu alma de niño, consciente y presente, cerró los ojos para no hacer nada?
¡El niño no es responsable, sólo copia, pero el adulto puede leer y modificar a conciencia!
Craso error, no se puede impunemente, matar a la Madre y al Padre, para vivir feliz
ante esta realidad, tan cruel y bastarda, ese asesinato te cobrará la vida misma…
Edipo reclamará su lugar y Electra el suyo y, no puedes escapar Ileso de tan ilusa
confrontación, porque has perdido el equilibro, el centro de la esencia de ser
hombre, hijo, esposo, padre, abuelo, amante, novio para convertirte en renegado…
No se hace uno de una vida propia, destrozando las vidas de otros, pero si, creando.
¡Estamos condenados a heredar a nuestros padres, pero podemos REPARENTALIZAR!
Toca crear desde, sí mismo la cuna que habitarás con gozo en las etapas de vida, que te
corresponden vivir o morir, si este fuera el caso y, siempre lo es, vivimos y morimos…
En cada crisis nos abraza la oportunidad del cambio, al renacer de las cenizas surge en
nosotros de forma natural, la incipiente semilla del amor eterno que nunca muere…
Pero, no se decreta el amor, se crea con conciencia, devoción, bondad, verdad, honestidad,
incondicionalidad, aceptación, misericordia, compasión, respeto, perdón, fidelidad, etc.,
¡Cuando tú creas, eres el único maestro y dueño de tu universo y, tendrás libertad!

 


Página publicada por: José Antonio Hervás Contreras