| 
                Recuerdos que se han 
                  ido con el tiempo, sin piedad... 
                  He querido olvidarte, a nadie he amado tanto como a vos. 
                  Pero, mi corazón ofrecido a tus plantas rendido cayó. 
                  Se te nota que me has mentido y te has mentido, amor. 
                  Pero hoy pasas a mi lado con ignara indiferencia y se te  
                  olvidó que por mis besos rogando y pidiendo estuviste. 
                  La vida no te enseñó a agradecer y que hay cosas 
                  para 
                  repensar en tu malvado proceder, es que no sabes querer. 
                  Lo que no me perdono es que todo me lo había avisado 
                  tu insurgente manera de aproximarte al acto amoroso. 
                  Guardaste para el final cualquier atisbo de bondad y tú 
                  displicente desvarió se salió del cauce tan sólo 
                  para herir. 
                  A nadie he confesado la calma que contigo desplegué para 
                  retenerte en mi pecho, cual niño caído en desgracia… 
                  De mi alma maternal y pasional todo obtuviste, es que te amé. 
                  cómo se ama la vida misma, cómo se ama a Dios 
                  en libertad. 
                  No te pedí cambios, no quería viajar con anticipos 
                  de ocasión. 
                  Te dejé libre para amar, para llorar, para vivir en plenitud… 
                  Tu alma golondrina de acendrados ritos, no supo parar al  
                  aire y tomó el vuelo del no retorno, guiado por el agreste 
                  viento. 
                  ¡Siempre alzo la vista al cielo, esperando que una golondrina 
                  triste y abandonada, detenga en mis manos su vuelo! 
                  
                  
                  
                   |