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                ¿Cuánta 
                  vida atesoro? 
                  ¿Cuánta vida poseo? ¡No lo sé, yo 
                  sólo respiro! 
                  El indeclinable designio divino 
                  se recuesta en mi realidad 
                  para obligar a mi cuerpo a  
                  darse cuenta de que la vida, 
                  es un pasajero de corto vuelo. 
                  ¡No te aferres a nadie ni a nada todo pasa! 
                  Hoy nada persigo. Sí, nada. 
                  Miro hacia atrás intentando 
                  albergar alguna infantil esperanza 
                  y detengo mis pasos en la ilusión. 
                  Deseo recoger algún poco de vida 
                  pensando que en reserva, algo queda. 
                  ¡La vida se va extinguiendo en cada respiro! 
                  Reconozco el vano esfuerzo, 
                  porque sé que todo en ella está 
                  medido y trazado desde el cielo. 
                  Me dieron una vida en custodia e 
                  inexorablemente tendré que dar 
                  cuenta de cada respiro vivido. 
                  ¡Asusta tener que dar cuentas en cero! 
                  !Cómo no saber que consumí 
                  unas alegrías y muchas tristezas. 
                  Esa es la verdad! 
                  Obtuve premios efímeros,  
                  de valor material y social. 
                  Oh! Dios cuántas alegrías me 
                  faltaron y cuántos abandonos 
                  me cercaron en el tiempo. 
                  ¡Si te acosa la angustia de lo perdido es en vano! 
                  Cierto es que, no pude consumir el amor 
                  y, hoy se aglomera en mi pecho desafiante 
                  que con la prisa se confunde. 
                  Sólo preguntas me acosan:  
                  ¿Qué hice del amor y qué haré? 
                  ¡Sigo ignorando las respuestas, 
                  tampoco antes, las tenía!  
                  ¡Nunca supe que tenía que saber algo!  
                  Mi vuelo se hizo tan frágil al correr del tiempo. 
                  Sé sólo hoy me percato, que volar es mi sino. 
                  Mi vuelo es como el vuelo de las mariposas  
                  cuando estrenan sus alas y esperan su caída.  
                  ¡Si nunca fuiste mariposa, aquieta el vuelo! 
                  Creo que ellas conocen su devenir y vuelan, 
                  en un acto de humildad y de plena aceptación, 
                  hasta caer vencidas en su tiempo. 
                  ¡Ciertamente, lo que ha de ser es y será! 
                  De cierto, hoy entiendo que: 
                  Si todo es azaroso y casual 
                  ¿Cuál, es el dilema? 
                  Y sí todo es causal y azaroso. 
                  ¿Cuál. es el dilema? 
                  !No hay dilema! 
                  ¡La vida es una ilusión finita, 
                  aunque el alma no lo admita
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